
Mi viaje a Gran Canaria – Cómo me convertí en oficiante de bodas libres

De la pasión por las palabras a la vocación
A veces, la vida nos lleva exactamente a donde debemos estar. Para mí, ese lugar fue Gran Canaria. Pero el camino hasta aquí comenzó mucho antes, con mi amor por las palabras, el lenguaje y, sobre todo, por el amor mismo.
Nunca había planeado ser oficiante de bodas libres. Pero cuando celebré la boda de una amiga, sentí por primera vez el poder de las palabras cuando vienen del corazón. Ya había completado numerosas formaciones en oratoria, organizado y moderado eventos para grandes asociaciones como FlowCity, pero esto era diferente. No era solo un discurso, era una conexión.
Por qué me mudé a Gran Canaria
Después de terminar mis estudios de magisterio, que también incluían el idioma español, sentí la necesidad de descubrir el mundo. No solo quería enseñar, sino vivir experiencias. Me formé como oficiante de bodas independiente y supe que: Quiero acompañar a parejas, dar vida a su amor a través de las palabras y crear ceremonias inolvidables.
Cuando llegué a Gran Canaria, supe de inmediato que este era mi lugar. La energía de esta isla, el mar, el calor, la libertad… todo ello refleja exactamente lo que significa una ceremonia libre: autenticidad, individualidad y una conexión profunda.
Para mí, el amor es lo más importante en la vida
Cada ceremonia que celebro es más que un trabajo para mí, es una pasión del corazón. Me encanta jugar con las palabras, capturar emociones y transmitir el poder del amor a las personas.
Cuando creo una ceremonia, lo hago con todo mi corazón y absoluta dedicación. Porque el amor es lo más fuerte, hermoso y significativo que podemos experimentar en la vida. Y si puedo contribuir a que dos personas vivan su momento especial tal como lo sueñan, entonces sé que estoy exactamente en el lugar correcto.
✨ Vine a Gran Canaria para hacer lo que amo: conectar a las personas a través de las palabras y regalarles una ceremonia que llevarán en el corazón para siempre.

